Habitantes de Mitú aseguran que llevan 20 años en el olvido
Veinte años después de la toma a Mitú, en el departamento del Vaupes, sus habitantes aseguran que se sienten en el olvido ya que después de los hechos protagonizados en 1998 por las Farc, no han sido reparados.
“Nos tocó reconstruir nuestras casas porque perdimos todo y desde ese día nadie nos ha ayudado. No hemos tenido la presencia del Estado en esta zona y aunque sí hay seguridad, nos sentimos abandonados”, aseguró Jairo Castilla, uno de los habitantes y víctimas de la época.
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Carmenza Castaño indicó, “desde esa vez salí desplazada porque quedé en la calle y nadie me ayudó; volví hace un año y aunque he hecho el proceso para la reparación todo es muy complicado ya que no hay nadie que actualice la información”.
Los uniformados que fueron secuestrados en esa época también aseguraron que no han sido reparados. “Pasaron dos décadas y no pasó nada y es por eso que vamos a acudir a la JEPpara que, desde ahí, se pueda hacer algo. Necesitamos que nos reparen”, dijo Rubert González.
Este jueves se cumplieron dos décadas de la toma a Mitú y el Gobierno Nacional presentó en esa capital el monumento Edificadores de Paz y Reconocimiento, un homenaje a todas esas víctimas que hoy siguen reclamando atención del estado.
La Toma
Los hechos sucedieron en pleno amanecer, faltando un cuarto para las cinco de la mañana de ese Primero de noviembre, cuando al menos 500 guerrilleros se tomaron el municipio y pusieron en marcha su acción terrorista. Atacaron el comando de Policía con fusiles, ametralladoras, granadas de mano, morteros y cilindros de gas cargados con explosivos.
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A esa hora en la estación solo había 120 Policías para enfrentarse a la gran cantidad de hombres de una guerrrilla que entró a matar. Datos de la época indican que en esa ofensiva criminal se alcanzaron a disparar más de 140 mil cartuchos de fusil. Fue la primera vez que la subversión se apoderó de una capital del país.
Fueron al menos 72 horas de terror. Los centenares de cilindros bomba caían a diestra y siniestra, por lo que la mitad del pueblo quedó destruido, incluidos algunos lugares como el hospital, la Gobernación, el puesto de Policía, la Registraduría, los juzgados, la casa del Vicariato, las sedes de Caprecom, Telecom y la Esap, el Palacio de Justicia, la Caja Agraria, entre otras estructuras.